Hoshinoya Fuji: el hotel con las mejores vistas de Japón

Japón es mucho más que ciudades abarrotadas de gente y modernidad.

Fuji Speedway Hotel: un alojamiento de lujo para los fanáticos de la velocidad con vistas al monte Fuji.

Los balcones de las habitaciones dan a los cinco lagos y al monte Fuji
Los balcones de las habitaciones dan a los cinco lagos y al monte Fuji / HOSHINOYA Fuji

Un destino donde la tradición y la cultura protagonizan la escena social, donde la historia se cuenta por milenios y los samuráis no pertenecían a la ficción. Japón, que no abrió sus fronteras hasta bien entrado el siglo XIX y parecía que iba a quedar estancado como civilización, es hoy uno de los países más avanzados del planeta. Aun así, la conservación de la tradición es tal que no es extraño ver pasear a geishas por las calles de Tokio o a sumotoris luchar en una especie de ceremonia ritual.

Mujeres con kimonos por las calles de Tokio

Mujeres con kimonos por las calles de Tokio

/ Istock / Wirestock

Pese a que el imaginario colectivo haya conformado una idea de Japón en la que predomina la gran ciudad, la modernidad, la tecnología y el frenesí de su sociedad, el país insular esconde también algunos de los refugios naturales más tranquilos y bonitos. El paisaje más destacado de los nipones es, sin duda, el monte Fuji, que puede observarse desde varios puntos de las principales ciudades, aunque mejor aún desde la propia serranía, en la zona de los cinco lagos Fuji: Motosuko, Shojiko, Saiko, Yamanakake y Kawaguchiko.

Navegar a los pies del monte Fuji

Navegar a los pies del monte Fuji

/ HOSHINOYA Fuji

Un oasis de paz y tranquilidad

En pleno bosque de Fujikawaguchiko, en Yamanashi -donde se halla el hotel más antiguo del mundo-, se abre paso el hotel Hoshinoya Fuji, con unas vistas privilegiadas y un entorno inmejorable para disfrutar de una escapada por el país nipón. Este refugio de montaña ofrece una gran variedad de actividades para conectar con la naturaleza y reconectar con tu propio cuerpo y mente con su 'estancia desdigital' de dos noches y tres días en cualquier época del año que se elija. Con este programa se visitan lugares históricos relacionados con el monte y el culto hacia él.

Una de las habitaciones con vistas directas al monte Fuji

Una de las habitaciones con vistas directas al monte Fuji

/ HOSHINOYA Fuji

Además dispone de varios gamplings como el otoñal bajo la lluvia, en el que se propone un culto a la misma, "necesaria para los cultivos y esencial para la vida diaria". Igual que otros aborrecen esa época del año en la que el agua se apodera de todos los paisajes, en este hotel la idolatran, dándole la importancia que merece. En la misma línea funciona el glamping de invierno, donde pasar tiempo junto a la hoguera y relajarse entre el encanto de un bosque cubierto por un manto blanco es lo que hay que hacer.

Una hoguera en la noche japonesa

Una hoguera en la noche japonesa

/ HOSHINOYA Fuji

Habitaciones telescopio

Cada una de las 40 habitaciones, decorada de manera minimalista, es "como un telescopio", ubicada de tal manera que apunta al sereno lago que aparece enfrente. Los amplios balcones que forman parte de ellas, completa y cómodamente amueblados, están pensados para disfrutar de esas amables vistas típicas japonesas. Además, el complejo incluye tres restaurantes y una cafetería, a parte de terrazas flotantes dispuestas en capas que juegan con la colocación natural de los árboles, intercalándose pinos, cedros, cerezos y arces.

Uno de los balcones del hotel en invierno

Uno de los balcones del hotel en invierno

/ HOSHINOYA Fuji

La denominada 'Cloud Terrace' es un extenso área donde el sol fluye a través de las hojas, donde bancos individuales se disponen para disfrutar de una sensación de simbiosis con el bosque mientras se contempla el cielo. En lo más alto de las diversas capas se encuentra la Library Café, una librería formada por largas estanterías de libros sobre naturaleza, comida y el monte Fuji. Esa montaña sagrada, hogar de dioses, es la que aporta al lugar una atmósfera especial, diferente.

Una de las Cloud Terrace del hotel

Una de las Cloud Terrace del hotel

/ HOSHINOYA Fuji

Su imponente altura destaca con fuerza sobre la isla, haciendo aflorar también un temor hacia la posibilidad de que erupcione. Fue precisamente a causa de una erupción hace millones de años por lo que se formó ese mar de árboles en el que se encuentra el hotel, así como los cinco lagos Fuji que terminan de completar la panorámica. Es otra forma de conocer Japón, despertando con vistas al monte, navegando al amanecer en el lago Kawaguchiko y respirando el aire puro insular bajo los árboles de un bosque primitivo.

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