La isla embrujada de Santander: todos los secretos de Isla Pedrosa

Cerca de la civilización: un lugar que aún guarda secretos.

Santander sigue aguardando secretos
Santander sigue aguardando secretos / Istock / saiko3p

Cantabria es bastante bruja, bastante mágica. Montes y acantilados que acaban en el mar; prados infinitos, de verde infinito, donde las vacas predicen el tiempo: si están tumbadas es probable que llueva, dicen (porque quieren tener su parcelita de césped seca); bares a pie de playa, chiringuitos los hemos llamado (un nombre tan raro), que tienen una función tan importante como abrevarnos con cañas y rabas antes del último rayo de sol; playas de toda índole: arenales, salvajes, escarpadas, llenas y ocultas; olas, olas, olas, otro de los embrujos del norte: las olas hipnotizan con su incansable tenacidad, con su persistencia para alcanzar lo imposible. Y en medio de este parnaso cántabro, un secreto, isla Pedrosa, una isla embrujada.

La entrada a la bahía de Santander

La entrada a la bahía de Santander

/ Istock / saiko3p

¿Dónde está la isla?

En la bahía de Santander, tranquila y profunda, una diminuta masa de tierra, apenas un islote de 187 metros, esconde misterios. Justo donde desemboca la ría de San Salvador, en las cercanías de Pontejos. A poco más de quince minutos del bullicio de Santander, un puente de acero y madera da paso a la isla embrujada.

La historia del hospital y los fantasmas

En esta isla hubo un hospital. Era un centro de aislamiento destinado a albergar a los marineros procedentes de navíos donde la muerte había hecho presencia, o provenientes de regiones afectadas por enfermedades endémicas. Lo que una vez fue un centro médico avanzando ahora yace derrotado, la naturaleza ha recuperado su terreno, y el abandono totaliza.

En su momento más fecundo, el hospital acogía a seiscientos enfermos de tuberculosis. Esto fue durante el siglo XX, en épocas donde estas dolencias atemorizaban al país entero. Cuando uno pasea sobre el suelo de la isla, sobre las hojas del suelo de la isla, y crepitan tus pasos conecta con los relatos de fenómenos paranormales que cuentan que sucedieron aquí. Voces que emergen de la oscuridad, risas infantiles, destellos fugaces. Todos los lugares donde hubo hospitales, muertes en condiciones extrañas y dolor y sufrimiento, quedan impregnados de ello, de esa esencia transmigratoria, de lo que fue, de lo que no pudo ser. Y quién asegura que alguno de estos enfermos no siga por la isla, buscando una respuesta, una cura, un consuelo. Quién asegura que no habitemos un mundo lleno de muchos mundos.

Este no es el hospital de la Pedrosa, pero da miedo, ¿no?

Este no es el hospital de la Pedrosa, pero da miedo, ¿no?

/ Istock / zodebala

Estamos cerca de Santander, de la “civilización”, pero este es un santuario de secretos. Un paseo en calma por el día, lindo y soleado. Mas al caer el sol, al caer el sol uno entra aquí bajo su propia responsabilidad, como Di Caprio en Shutterisland

Síguele la pista

  • Lo último