Los 15 pueblos más bonitos de Portugal
Si estás planeando una escapada al país vecino y quieres huir de los destinos más conocidos, esta selección de pueblos y aldeas te va a enamorar.
Viajar a Portugal siempre es un buen plan gracias, en gran parte, a que compartimos frontera y las distancias suelen ser bastante asequibles si las comparamos con otros destinos europeos. Además, lo bueno de Portugal es que ofrece tal variedad de paisajes, costumbres y joyas arquitectónicas que hasta el explorador más exigente encontrará múltiples atractivos.
Hoy vamos a dejar de lado las grandes urbes como Lisboa (que siempre tiene rincones ocultos por descubrir), Oporto (con sus viejas bodegas convertidas en centros culturales) o islas como Madeira o los Azores para centrarnos en los 15 pueblos más bonitos de Portugal. Eso sí, ya advertimos al lector que hemos hecho un poquito de trampa y hemos incluidos dos ciudades que, por su belleza, no queríamos dejar fuera de esta vistosa galería.
Pueblos portugueses con encanto
Un pueblo de pizarra que parece un Portal de Belén, el paraíso con las olas más grandes del mundo, o una aldea geométrica son solo una muestra de los 15 pueblos más bonitos de Portugal. De norte a sur y en cada una de las regiones portuguesas siempre hay algo que ver, algo que hacer y algo que comer.
De los cientos (si no miles) de pueblos de Portugal hemos hecho una selección variada para que el viajero consiga una visión lo más completa posible del país vecino. Y ya, de paso, intentamos, al igual que pasa en España, que muchos pueblos que corren el riesgo de desaparecer debido a la migración hacia zonas con más oportunidades vuelvan a tener visitantes que sean capaz de dar un empujoncito al sector turístico.
Los 15 pueblos más bonitos de Portugal
No ha sido fácil elegir estos 15 pueblos; seguramente nos dejamos infinidad de rincones y aldeas perdidas de una belleza única. Eso sí, los que sí aparecen lo hacen por derecho propio, ya que son tan especiales que nos hacen soñar con trasladarnos allí para trabajar como nómadas digitales.
Si estás planeando una escapada low cost, no dispones de muchos días de vacaciones y lo de coger un avión no te seduce demasiado, ya tienes por dónde empezar. Eso sí, te va a tocar agrupar estos pueblos por regiones, ya que verlos todos de una tacada sería como descubrir España en un fin de semana. Una absoluta misión imposible.
Y, ahora sí, aquí podéis disfrutar de ‘Los 15 pueblos más bonitos de Portugal’.
Talasnal
Este bonito pueblo de pizarra se enclava en la Sierra de Lousa y es una de las 27 aldeas de Xisto (llamadas así por el material con el que están construidas). Situada en el centro de Portugal, entre Castelo Branco y Coimbra, la aldea de Talasnal ofrece al viajero viajar al pasado y hacerse una idea de cómo eran las condiciones de vida en este pequeño pueblo hace unos cuantos siglos.
La aldea cuelga de un precipicio y su belleza deja al viajero sin aliento. Ahora, además, se está trabajando porque aldeas como Talasnal no se conviertan en enclaves fantasma y hay un nuevo impulso para recuperar el turismo en la zona gracias a hoteles rurales y algunos restaurantes en los que comer las delicias locales. Ver la puesta de sol en este rincón luso es un espectáculo que nadie debería perderse.
Sintra
Esta villa portuguesa cercana a Lisboa que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995 y razones no le faltan. Enclavada en mitad del parque natural Sintra – Cascais constituye la excursión por excelencia de todos aquellos viajeros que llegan hasta la capital lusa.
En Sintra hay infinidad de castillos, mansiones y palacios que visitar, pero si el explorador va con el tiempo justo, no puede perderse las joyas de la corona: el Palacio da Pena (reconocible gracias a su color amarillo intenso y su situación estratégica en lo alto de la sierra de Sintra) y la Quinta da Regaleira.
Lindoso
Perteneciente al municipio de Ponte da Barca, a escasos kilómetros de la frontera con Orense, descubrimos Lindoso, freguesia portuguesa con menos de 600 habitantes que debe su nombre a la palabra latina limitrŏphus, en referencia a su ubicación limítrofe.
Precisamente por esa cercanía con Galicia, el paisaje de Lindoso está salpicado de hórreos construidos en piedra y madera y utilizados para almacenar y secar el grano. Este conjunto de espigueiros es Patrimonio Nacional y constituye uno de los conjuntos mejor conservados del país. También el castillo de Lindoso, construido en el siglo XIII, está considerada una de las construcciones defensivas más importantes de Portugal.
Monsanto
Monsanto, situado en el municipio de Idanha-a-Nova en el distrito de Castelo Branco, es una localidad cercana a la frontera de España que fue construida sobre roca granítica y que hoy en día tiene una población de poco más de 800 habitantes.
Además de pasear por el centro del pueblo y contemplar su emblemática arquitectura medieval, hay otros rincones que el viajero debe explorar para decir que conoce este pueblo aplastado por una roca: el castillo de Monsanto (construido en el s. XII), las ruinas de la iglesia de San Miguel o el mirador do Forno, desde el que contemplar las vistas más representativas de este bonito pueblo portugués.
Monsaraz
Monsaraz podría ser el pueblo monumental más bello de Portugal, gracias a su diseño medieval, las laberínticas calles que nos conducen hasta su castillo o las impresionantes vistas sobre el lago Alqueva.
Este municipio situado en la región de Alentejo ganó en el año 2017 el concurso de ‘Las 7 maravillas de Portugal’ en la categoría de aldeas monumentales gracias a su majestuosa muralla, las bellas puertas que dan entrada a la antigua fortaleza medieval, las iglesias de La Misericordia y la de Nuestra Señora del Lago, así como el castillo y las bellas casas que adornan este pueblo de cuento.
Amarante
A unos 60 kilómetros de Oporto nos encontramos con una pequeña ciudad (vale, no es un pueblo, pero es tan bella que no podíamos dejar de incluirla en esta selección de rincones mágicos de Portugal) que destaca por su belleza y su gastronomía. Bienvenidos a Amarante.
Esta villa, que forma parte de la Ruta del Románico que recorre los valles de Sousa, Douro y Tâmega, al norte de Portugal goza de fama internacional y no precisamente por su fantástica iglesia del Convento de San Gonzalo o el Museo Municipal Amadeo de Souza-Cardoso sino por sus dulces en forma de falo.
Elvas
Elvas es considerado uno de los pueblos más bonitos de Portugal por varias razones, entre las que destacan su arquitectura histórica y su impresionante sistema de fortificaciones. Cuenta, además, con el mayor acueducto de la península ibérica.
Su centro histórico bien conservado, con calles empedradas y edificios tradicionales, reflejan siglos de historia y nos proponen un interesante viaje al pasado. Sus dos fortificaciones en forma de estrella están incluidas dentro del conjunto defensivo del municipio declarado Patrimonio de la Humanidad y constituyen el máximo exponente de su clase en todo el mundo.
Óbidos
El precioso pueblo de Óbidos, situado a 80 kilómetros de Lisboa, es un pueblo de cuento que, desgraciadamente, pierde toda su magia debido a la gran afluencia de turistas que lo visitan. Obviando este detalle, cruzar la Porta Da Vila y su magnífica capilla barroca con paredes revestidas de azulejos te transporta a un mundo mágico.
Tiendas de conservas, librerías que a su vez tienen sección de ultramarinos o una iglesia que sirve como centro cultural son solo una muestra de lo que el viajero se puede encontrar en la Rua Dierita, calle principal de la villa repleta de geranios y buganvillas en sus ventanas. Un paseo de lo más agradable hasta llegar al castillo.
Sistelo
Viajamos ahora hasta el norte de Portugal para descubrir Sistelo, un pequeño pueblo de menos de 300 habitantes que gracias a sus magníficos paisajes teñidos de verde y compuestos por terrazas en diferentes niveles es conocido como el Tíbet portugués.
Paseando por las calles de Sistelo se descubren suelos de piedra desgastados debido al paso de carretas a lo largo de los siglos, ya que ha sido un pueblo agrícola y ganadero. También encontramos sus típicas casas, así como numerosas construcciones como molinos o lavaderos y un impresionante castillo que constituye la joya de la corona del patrimonio monumental del pueblo.
Ericeira
Ericeira es un idílico pueblo pesquero a unos 40 killómetros de Lisboa y uno de los mejores destinos para hacer surf en Portugal. No hay grandes monumentos que ver, pero pasear por sus calles empedradas con casitas encaladas de bordes azules es un regalo para los sentidos.
Los acantilados que bordean la playa de Ericeira son también de una belleza única, al igual que las barquitas de pescadores que se encargan de traer a tierra el mejor pescado. Y del mar, directo a cualquiera de los restaurantes del pueblo en los que comer mal es impensable.
Castelo Rodrigo
Visitar Castelo Rodrigo es como entrar en un parque temático, ya que es un verdadero espacio monumental que conserva importantes referencias medievales. Entre los monumentos más destacados nos encontramos con las viejas murallas, las ruinas del palacio de Cristóbal de Moura, varias iglesias y un Cristo en lo alto de una colina que parece envolver al pueblo entre sus brazos.
Las inmediaciones de Castelo Rodrigo son un tesoro para los amantes del cicloturismo, ya que hay infinidad de rutas de diferentes niveles de dificultad y muy bien señalizadas. Esto permitirá al viajero descubrir no solo este pueblo sino también algunos de los alrededores.
Carvoeiro
Seguimos recorriendo la costa portuguesa y llegamos hasta el Algarve para descubrir una pequeña localidad que ha sabido mantenerse alejada del turismo de masas. Y es que Cavoeiro sigue siendo un remanso de paz para todos aquellos que buscan desconectar dek mundanal ruido.
Playas, calitas escondidas y acantilados son los mayores tesoros de Cavoeiro. Además, los aficionados al senderismo pueden disfrutar con diferentes rutas panorámicas que bordean la costa; desde la compleja Percurso dos Sete Vales Suspensos hasta la Pasarela Carvoeiro, para los más novatos.
Évora
Dicen que Évora es el libro de arte portugués y no podemos estar más de acuerdo. Por ello, nos volvemos a saltar ‘la norma’ e incluimos a la capital de la región del Alentejo entre ‘Los 15 pueblos más bonitos de Portugal’ a pesar de contar con una población de más de 55 habitantes.
La Plaza del Giraldo es el centro neurálgico de la ciudad y, desde allí, hay que dirigirnos a la iglesia de San Francisco para contemplar su capilla de los huesos. También debemos hacer parada en el Largo da Porta da Moura, la catedral (La Sé) y los numerosos vestigios romanos salpicados por la ciudad (el templo de Évora, las termas o la muralla).
Nazaré
El viajero que llegue a Nazaré lo hará, seguramente, decidido a encontrar ‘La gran ola’ en la Praia do Norte, pero Nazaré es mucho más. Las secadoras de pescado en la playa con sus famosos trajes de siete sayas, sus caldeiradas con pescado fresco o las vistas desde el funicular.
El barrio de O Sítio, con el Santuario de Nuestra Señora de Nazaré, el coqueto quiosco de música y la Capilla de la Memoria, trasladarán al explorador a épocas pasadas. Además, la calidez y cercanía de los locales contribuye a que un paseo por Nazaré constituya una experiencia única.
Piodao
Y finalizamos este recorrido por los 15 pueblos más bonitos de Portugal en Piodao. En plena Sierra de Acor nos encontramos con esta aldea perdida en medio de ninguna parte que, sin embargo, siempre sorprende al viajero que se sentirá el verdadero protagonista de un bonito cuento.
Entre manantiales, fuentes y arboledas aparece este pequeño pueblo de angostas callejuelas en el que la pizarra y las puertas y ventanas de color azul lo inundan todo. En alguna ocasión se ha dicho de Piodao que es el Portal de Belén luso y su estampa, tan de postal, no hace más que ratificar esta peculiar afirmación.